jueves, agosto 09, 2012

Los cuentos de José Hierro

Andaba yo rebuscando en la biblioteca, cómo no, cuando me topé con un pequeño libro que me llamó la atención: Guardados en la sombra, de José Hierro. Lo comencé a hojear y ¡sorpresa! , además de ensayos, un par de piezas de teatro y primeros poemas, me encontré con cuatro cuentos. Para mí fue una sorpresa ya que a Hierro lo conocía por su impresionante obra poética pero ignoraba que había escrito cuentos.
El primero está fechado en marzo de 1942, carece de título, solamente hay una referencia que reza’ Sobre el Paraíso’, y según el propio Hierro le contó a la editora del libro, fue escrito en la cárcel de Santander. Este relato, muy imaginativo, narra la reorganización del Paraíso y el regreso de cuatro almas a la tierra. Luego de cierto tiempo regresan al cielo y dan cuenta de sus haceres terrenales. Es evidente que la tierra, con sus más y sus menos, es mucho más interesante que el Paraíso. El estilo contrasta con la primera poesía de Hierro, de corte más testimonial.
Le sigue ‘Ciudad Lineal’, un cuento nostálgico que ofrece algunos de los versos y temas esenciales a los que regresaría Hierro en su poesía posterior. Fechado en Santander en 1948, hace referencia a la enfermedad y muerte de José Luis Hidalgo, gran amigo de Hierro, quien parecería no haberse consolado nunca de la pérdida. Cita en el texto unos versos de Hidalgo sobre la inutilidad de rebelarse al destino: Porqué voy a llorarme. Los árboles no lloran Cuando el hacha furiosa les hiere la madera. En ‘Fresas de Aranjuez’, el protagonista, Paco, es un ser melancólico, prematuramente calvo, que se encuentra con una amiga-amor imposible de la adolescencia. Me pareció un cuento magnífico donde las ilusiones y la inocencia juvenil se dan de bruces con la dura realidad. Sin duda el que más me gustó. ‘El teniente coronel o quien mal anda mal acaba’ y ‘Esquema para un cuento’ tienen un toque se suspense que no es extraño en Hierro ya que él decía gustar de la novela policíaca. Ambos relatos tienen finales totalmente inesperados, impactante en el primer caso e hilarante en el segundo, que me parecieron brillantes. Os dejo la primera línea de ‘Fresas de Aranjuez’ para excitaros la curiosidad. ‘La encontré cerca del “Parque Oro”. Ya sabéis: un café frecuentado por esta clase de chicas…’ Publicado en Revista Imprescindibles © Annie Altamirano Todos los derechos reservados

El hombre de Texas

Hace unos días recibí la entrega semanal de una revista electrónica a la que estoy suscripta y, en el resumen de títulos inicial, ví uno que me llamó la atención “William Goyen: Cuentos Completos”, que acaba de publicar Seix Barral. La reseña contenía expresiones como ‘cuentista excepcional’, ‘buena literatura’. Como no había escuchado nunca ese nombre, busqué más información en internet y me encontré que lo comparaban con Faulkner y García Márquez, que había nacido en Trinity, un pequeño pueblo de Texas, en 1915, falleció en Los Ángeles en 1983, y que estaba casado con una actriz. Está considerado parte del selecto grupo de narradores de la corriente literaria denominada “gótico sureño”, que incluye a Faulkner, Katherine Ann Porter (a quien atribuyen un romance con Goyen), Eudora Welty, Carson McCullers, o Flannery O’Connor.
En la biblioteca encontré una edición de ‘La misma sangre y otros cuentos’ publicada por La Compañía en 2011 con un muy interesante postfacio de Esther Cross, traductora de la obra. Este volumen contiene diez cuentos, donde recrea la vida y las gentes de los pueblos y villorrios de Texas. Lo temas que lo preocupaban y se reflejan en su obra eran el hogar, la familia, la sexualidad, el aislamiento y la soledad y la memoria. Su estilo no es fácilmente clasificable y Goyen mismo insistía que su trabajo no debía incluirse dentro de ningún género. Decía no estar interesado en la ficción contemporánea y consideraba que su ficción estaba totalmente alejada de lo que se consideraba ‘ficción americana contemporánea’
En “Preciada puerta”, se habla de reconciliación y arrepentimiento con intensidad bíblica. La descripción de la tormenta es magnífica y sobrecogedora así como la visión con la que cierra el relato. También es apocalíptica la tormenta que soportan la protagonista y su gato en “Zamour, historia de una herencia” mientras espera la pensión de su difunto marido. Hay una vinculación entre el armadillo que anda entre las tumbas en “Las tres hermanas”, el gallo azul, el coyote fantasmal o el gato negro y sus correlatos humanos, una complementariedad que funciona como una ley de causa y efecto y que puede acarrear consecuencias fatales. El miedo y el peligro de las tensiones raciales, pero también de relaciones familiares donde se desatan odios feroces. El cuento mas impactante, por su sordidez, es, a mi modo de ver, “Si tuviera cien bocas” en el que un hombre cuenta a sus sobrinos la historia de un incesto, una violación y la terrible venganza que siguió a manos del Ku Klux Klan y de la que el narrador fue testigo. Goyen decía que nunca nos recobramos de nuestro lugar de origen: “No puedo librarme de donde he nacido”. Puede ser una maldición o una bendición. Bienvenidos a la Texas de William Goyen. Publicado en Revista Imprescindibles © Annie Altamirano Todos los derechos reservados

Octubre

  Grisea la tarde en las ventanas. Los árboles van mudando de vestido. Llovizna sobre el asfalto de este octubre atardecido de ciudad que me...