El Día Mundial de la Poesía es tributo a la palabra poética
propuesto en el año 2001 por la Unesco. Se celebra cada 21 de marzo
coincidiendo con el equinoccio de primavera con el propósito de consagrar la
palabra esencial y la reflexión sobre nuestro tiempo.
Este día se ha convertido en un motivo para leer poesía,
reflexionar sobre ella —preguntarse qué es, quiénes la escriben, por qué, cómo
lo hacen— y, por qué no, para escribir. Se celebra con eventos en diversas capitales
del mundo con el propósito de fortalecer la cultura en nuestro planeta.
Algo remoto e íntimo lleva a los hombres a la palabra
poética. Desde los poetas griegos y los juglares de la Edad Media hasta los
videopoetas de hoy, el género abarca desde formas fijas, como el soneto y el
haiku, hasta el verso blanco y libre,
al poema visual y al videopoema. Sea en la forma que sea, la poesía siempre ha
sido el lugar de encuentro de la humanidad con la palabra y de la humanidad
consigo misma.
Vive junto con el
pueblo;
no lo mires desde
afuera,
que lo primero es el
hombre,
y lo segundo, poeta.
Atahualpa Yupanqui
Y Dios me Hizo Mujer - Gioconda Belli
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
Aftermath - Julio Cortázar
Dime por qué todavía te deseo, por qué tu nombre vuelve
como el hacha a la herida en una amarga visitación de la
medianoche,
a la vera de un campo funerario donde larvas se multiplican
húmedas babas, recuento interminable de torpezas,
dime desde esa nada donde ahora te atrincheras, dime
por qué me basta componer un mecanismo elemental de
sílabas,
discar en el cogollo de la niebla las cifras de tu nombre
para que solitariamente
me agobie la espranza de una menuda migración de dedos
por mi pelo,
de una fragancia donde habita el musgo.
De un silencio más fogoso que todas las vigilias.
Deseo - Luis Cernuda
Por el campo tranquilo de septiembre,
del álamo amarillo alguna hoja,
como una estrella rota,
girando al suelo viene.
Si así el alma inconsciente,
Señor de las estrellas y las hojas,
fuese, encendida sombra,
de la vida a la muerte.