La poeta Gloria Gervitz obtuvo en Chile el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda
2019, galardón que se ha afianzado como un referente entre los reconocimientos
literarios iberoamericanos.
Gervitz, nacida en México el 29 de marzo de 1943, es una poeta descendiente de judíos de Ucrania, que actualmente vive en los Estados Unidos.
La información
fue entregada en el Espacio Estravagario, en la capital chilena, por la
ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés.
El jurado que
otorgó el premio estuvo integrado por los escritores y académicos Manuel Silva
Acevedo (Chile), Mauricio Redolés (Chile), María Negroni (Argentina), Miguel
Ildefonso (Perú) y Ernesto Carrión (Ecuador).
Este reconocimiento, creado en el año 2004
por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes a propósito del centenario
del natalicio de Neruda (1904-1973), cuenta con el patrocinio de la Fundación Pablo Neruda y se entrega a un
autor con una reconocida trayectoria en el mundo de la poesía iberoamericana. En
2004 el premio fue otorgado a mexicano José Emilio Pacheco, quien obtuvo el
Cervantes y el Reina Sofía en 2009. En 2005 se le otorgó al argentino Juan
Gelman, quien obtuvo después el Premio Reina Sofía y dos años más tarde el
Cervantes. Algo similar aconteció con Nicanor Parra,
quien en 2016 se hizo acreedor a ambos premios.
Gloria Gervitz es una figura muy singular
dentro del panorama de la poesía latinoamericana. Como el poeta argentino
Roberto Juarroz que escribió a lo largo de su vida poemas que agrupó bajo el
título único de Poesía vertical, Gloria Gervitz también propone la idea de un
único libro en constante crecimiento. De ahí que toda la poesía que ha escrito
a lo largo de su vida se ha ido sumando para formar parte de un único volumen
que lleva por título ‘Migraciones’.
Fragmentos de Migraciones
avalancha de hojas
y su lamento seco y rojo
el río se inclina
hacia su sed
el tiempo va más aprisa que yo
la noche se desgaja
toco su desnudez de agua
y ella grita dentro del grito
he de arrancarte
he de pisarte
tú frágil
tú que tiemblas
reconcíliame conmigo
para que la tierra me sea leve
no sé cómo seguir
estoy seca