"Tema del traidor y del héroe" es uno de los cuentos incluidos en Ficciones, una de las historias más decididamente borgianas, en la que se encuentran elementos que se reconocen inmediatamente como el estilo inconfundible de Jorge Luis Borges: la paradoja histórica, el patetismo heroico, las alusiones a la literatura inglesa y también el final inesperado, aquel que hace dudar al lector sobre la realidad de los hechos narrados y sobre la realidad de la realidad misma.
Curiosamente, Borges planteó un final distinto distinto al que conocemos, o al menos eso es lo que sugiere un manuscrito que los investigadores Germán Álvarez y Laura Rosato encontraron recientemente en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Argentina.
El argumento de "Tema del traidor y del héroe" es conocido: Ryan es un investigador que descubre la coincidencia de algunos párrafos del Julio César de Shakespeare con la crónica que sigue los pasos del héroe Kilpatrick, de quien es descendiente, antes de recibir un balazo en un teatro dublinense. Ryan introduce, a su vez, a otro personaje, Nolan, quien descubre que Kilpatrick, jefe del movimiento insurgente, es el traidor. Como era un héroe para el pueblo irlandés, su condena de muerte -firmada por él mismo- establece que morirá sentenciado por su traición sin que quede afectada su condición de héroe. Se le prepara entonces un guión teatral en el que antes de su ajusticiamiento debe pronunciar frases de lucha, y precisamente éste es el descubrimiento de Ryan. Hasta aquí, pues, la versión que se conoce.
El final inédito corrige levemente lo anterior. Como los pasajes de Shakespeare son "los menos dramáticos", Ryan sospecha que fueron intercalados para que un lector futuro diera con la verdad. Y para silenciar ese descubrimiento, decide publicar un libro que engrose la fama del héroe. Metáfora intertextual pocas veces vista, el acto de "dejar señales a futuro" se duplica ahora, saltando esas fronteras entre realidad y ficción que a Borges le gustaba socavar en todo sentido. Es un juego al que Borges mismo nos ha invitado.
Es que de alguna manera, el autor parece haber esparcido huellas que ratifican la idea que señaló Beatriz Sarlo con respecto a Historia Universal de la Infamia : el uso de la repetición con variaciones de historias que no le pertenecen. Acaso toda su obra sea una combinatoria dominada por la idea de que la literatura es un texto infinitamente variable y ninguno de sus fragmentos puede aspirar al nombre de texto original.
Horacio González, director de la Biblioteca Nacional, concluye: "No sabemos por qué Kilpatrick hizo lo que hizo, su conciencia es inexplicable desde el punto de vista de una psicología, pero no desde una tesis de la ilusoria continuidad de lector. El «hallazgo» dice al mismo tiempo que el traidor y el héroe quisieron ser un «yo vital», saliéndose del libreto shakesperiano. Y ese «anhelo» es apenas una débil señal en el tiempo, que en este momento se ha puesto nuevamente en circulación, como si hubiera estado a la espera en esos suplementos que, como señaladores del destino, Borges dejaba esparcidos en el refugio impenetrable de libros y revistas".
Este manuscrito, además de la importancia literaria, destaca porque es el primer manuscrito importante de Borges que está en custodia del Estado argentino. Todos los otros se han vendido al exterior o se encuentran en manos privadas.
Fuente: La Nación, Buenos Aires, 5 de septiembre de 2013
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