El sábado 27 de agosto, junto a mi querida Natividad Gómez
Bautista y Aída Acosta Alfonso, participamos del II Encuentro de Mujeres Poetas
"Villa de Piedrahíta" organizado por la poeta Ester Bueno.
Se trata de una cita organizada por la escritora abulense
Ester Bueno, presidenta de la Asociación para el Arte y la Cultura "Alma
Máter Ávila", en colaboración con la editorial "Cuadernos del
Laberinto" y con el apoyo del Ayuntamiento de la localidad y de la
Fundación del Museo de Arte piedrahitense.
En el encuentro participaron también las poetas María
Ángeles Pérez López, y Carmen Prada Alonso y escritoras procedentes de Madrid,
Valladolid, Zamora, Salamanca, Málaga, Zaragoza, Gijón, Cáceres, A Coruña,
Ourense, Barcelona y Ávila.
¡NO!
Manos,
tus manos,
tus dos manos
me tocan insistentemente
a lo largo del cuerpo.
Pies,
tus pies,
tus dos pies
se acercan
implacablemente
buscando mi carne.
Puños,
tus puños,
tus dos puños
dejan amapolas violetas
en el hueco de mi espalda.
Labios secos donde murieron los besos.
Ojos ciegos sin lágrima posible.
Desnuda,
despojada,
inerme,
sin reflejo de convocar
la fuerza del vientre ancestral
para alejar
tus manos,
tus pies,
tus puños …
… la oscuridad …
Octubre
Grisea la tarde en las ventanas.
Los árboles van mudando el vestido.
Llovizna sobre el asfalto
de este octubre nuevo
atardecido de ciudad
que me sale al paso,
se me sube por los ojos,
me besa en la boca
y me inventa un verso
donde la piel y la magia se abrazan.
La lluvia se adueña de las palabras
y promete una tregua.
Las horas vagan por las calles
pobladas de andares y luces que despiertan.
Regresan rumores de lluvias anteriores.
En la orilla sur de la memoria
Es octubre primavera y jacarandás azules,
Afectos redimidos donde desagota la nostalgia,
Vivencia primigenia que vuelve a su origen.
Me crecen estrellas en el hueco de la mano
y octubre otoñea entre lluvias y neblinas.
Anida el último resplandor en los campanarios.
En ese instante fugaz mi geografía
trasciende los límites del mapa.
Amnistía
Quisiera recogerme
en la siesta perezosa de los sauces,
desenredar hilos de luna
de las piedras del arroyo,
inventar un puente
desde la orilla de mi infancia hasta mi memoria.
Me brota mayo con la lluvia,
o tal vez sea septiembre.
Sobrevuela los senderos de lavanda
una libélula.
Llega el colibrí vespertino
a libar de las rosas de tu jardín
y logro, en sus alas,
amnistiar tu recuerdo.