definitivamente, abandonado mi lugar,
mi espacio vivo,
mi certeza existencial,
la de los otros?
¿Qué, mas allá del tacto frío
del mármol, del vaho opresivo
de flores podridas?
Pozo negro, cuencas vacías,
bocas enmudecidas en eterno silencio,
soledad profunda,
soledad inasible.
Brevemente el recuerdo
de quienes me lloren.
Cuando mi memoria se pierda
en su tiempo también limitado
la inevitable inmensidad
del olvido.
Poema finalista del certamen Carpe Diem, Centro de Estudios Poéticos de Madrid, 2011
Publicado en la antología Carpe Diem, Madrid Septiembre de 2011
©Annie Altamirano, Salamanca 2011
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