miércoles, enero 31, 2024

Octubre

 


Grisea la tarde en las ventanas.

Los árboles van mudando de vestido.

Llovizna sobre el asfalto de este octubre

atardecido de ciudad que me sale al paso,

me besa en la boca,

   se me sube por los ojos

       y me inventa un verso.  

 

La lluvia se adueña de las palabras

y promete una tregua.

Las horas vagan por las calles

y regresan rumores de lluvias anteriores.

 

En la orilla sur de la memoria

es octubre, primavera y jacarandás azules.

Afectos redimidos donde desagota la nostalgia,

vivencia primigenia que vuelve al origen.

 

Crecen estrellas en el hueco de mi mano

mientras anida el último resplandor en los campanarios

y trasciendo los límites del mapa.

 ©Annie Altamirano

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