Ni es una broma ni, afortunadamente, es el último.
Así se llama este cuarto libro de cuentos que Sergi Pàmies publicó con Anagrama
en el año 2001. Para muchos de vosotros quizás sea algo conocido pero para mí
ha sido un descubrimiento. Revolviendo en la biblioteca, me encuentro con este
libro cuyo autor conocía sólo de nombre. En la contratapa, una reseña lo sitúa
en la línea de cuentistas latinoamericanos como Cortázar o Borges. Fue
suficiente. Me traje el libro a casa.
Los nueve cuentos que componen el libro fueron
escritos originalmente en catalán y fue el mismo autor quien los tradujo. Borges
decía que hay escritores que merecen que nos enseñemos sus idiomas para no
leerlos traducidos. Yo no sé si Pàmies pertenece a ese grupo exclusivo, pero sé
que gracias a él me he planteado intentar al menos releerlos en catalán.
El título, ciertamente curioso, que reproduce una frase multiplicada hasta el cansancio en las fajas
de publicidad editorial para vender el "último libro" de autores famosos,
ya refleja la ironía y la parodia que encontraremos luego en estos
cuentos donde se combinan la ironía, una gran intensidad emocional y una visión
agridulce del mundo, bastante mas agri que dulce, y donde se mueven personajes
muy poco heroicos, criaturas anónimas que suelen preferir la conveniencia a una
felicidad posible. Todos me han gustado, sin embargo, y como suele suceder,
tengo mis favoritos.
Uno de los que me llamaron la atención es La fama. Tiene una estructura encadenada sumamente eficaz, y es la
representación del individuo moderno, sin otro atributo distintivo que su inútil
búsqueda de identidad, angustiado por la radical insatisfacción de cada ser
humano.
La
popularidad es una muestra del daño que la frivolidad y la maledicencia causan en la
sociedad actual y que vemos reflejado diariamente no sólo en los programas
televisivos y prensa del corazón.
Hay un relato titulado La máquina de hacer cosquillas, que es, a mi juicio, el mejor de
todos. En este cuento, el recuerdo del pasado atormenta el presente de
dolor, creando un gran ejemplo de respeto a la memoria. Es una de las
cosas más tristes que he leído nunca pero sin cursilería y con una fuerza
poética impresionante.
En el último cuento de este libro, Cobertura,
alguien lee que la novela ha muerto. Está en la consulta de un médico y de
repente la muerte de la novela es un presagio terrible de lo que le espera.
Pero a pesar de todo, nos dice: ‘Empezaré
por el final porque el principio es bastante triste: vale la pena reírse,
cantar bajo la ducha, ayudarle a abrir la puerta del ascensor a una mujer que
vuelve del supermercado cargada de bolsas, olernos los dedos antes y después
de, charlar con los taxistas, entrar en una tienda y probarnos ropa que no
podremos pagar … ‘
Son nueve cuentos, todos ellos excelentes, algunos decididamente inolvidables. Imprescindible.
Son nueve cuentos, todos ellos excelentes, algunos decididamente inolvidables. Imprescindible.
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