Si yo pregunto quién es George Langelaan es bastante probable que muy poca
gente sepa la respuesta salvo aquellos que sean devotos de la ciencia ficción.
Este señor, nacido en París en 1907 fue espía en la segunda guerra mundial,
prisionero de los nazis, y recibió la Cruz de guerra del gobierno francés, fue
periodista y escritor de relatos fantásticos y de ciencia ficción. De toda su
producción literaria, se lo conoce por su relato “La Mosca” publicado originalmente en 1957 en la revista Playboy y
del que se hicieron dos versiones cinematográficas, una en 1958 y otra en 1986.
Debo ser totalmente honesta, no me gusta la ciencia ficción y salvo
excepciones - Star Wars la primera trilogía , Blade Runner y poco mas - las
películas de ciencia ficción no son mi primera elección. Esto no significa que
no pueda apreciar la calidad de un buen relato del género. Y en este caso
particular, por alguna razón, me acordé hace unos días de la última escena de
la versión de “La Mosca” de 1958,
dirigida por Kurt Neuman y protagonizada por Vincent Price, que me sigue
produciendo escalofríos y busqué el relato para releerlo. Lo encontré junto a
otros cinco relatos en un libro que se llama “Relatos del antimundo”.
“La mosca” tiene un
argumento innovador para la época y se lo considera es el mejor relato
terrorífico del siglo XX. La mutación producida en un a raíz de sus
experiencias con la antimateria y su intento fallido por devolverlo a su
primitiva morfología, sirven de hilo conductor de una trama sobrecogedora y muy
bien construida. En éste como en los restantes cinco cuentos del libro, se
ve la influencia clara de Poe y de H.P. Lovecraft, otro gran maestro del género
de terror y la ciencia ficción.
Otro de los cuentos, “La dama de
ninguna parte”, especula sobre la energía nuclear y la vida en otras
dimensiones y es la personificación de la unión entre ciencia-ficción y terror.
Siguiendo la tónica de todo el libro, al principio se narran unos hechos poco
claros y misteriosos, que presentaran a su vez el inicio y el desenlace del
relato.
En "La otra mano” se mezclan
de nuevo ciencia y terror, sólo que con más abundancia de la primera. Un hombre empieza a actuar
de forma extraña desde que descubre que su mano tiene vida propia.
“Deducciones desde
la butaca” presenta la típica historia reflejada en un hecho
cotidiano y con un final sorprendente. No hay mucho que contar sobre ella, pues
la trama deberán descubrirla ustedes mismos. De carácter grotesco e irreal, es
uno de los relatos más curiosos del libro.
“Salida de emergencia” es
la rareza de esta antología: una historia rebuscada de temática policíaca
ambientada en la Francia profunda.
“Vuelta a empezar” es sin duda uno
de los mejores relatos del libro. Langelaan plasma con asombrosa credibilidad
una de las respuestas a los eternos interrogantes del ser humano. La idea es
muy interesante y está bien desarrollada, pero es la manera en cómo nos
sumerge en la mente del protagonista lo que llama la atención.
Lo dicho, no me gusta la ciencia ficción, pero esta colección de relatos
merece leerse.
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