Este es el poema que leí anoche en la celebración de 'El Cielo de Salamanca' conmemorando los 15 años de la declaración de Salamanca como Capital Europea de la Cultura y los 500 años de la Catedral nueva.
Sobre la tierra se
alza
piedra sobre
piedra.
Hierro, oro,
madera,
bóvedas y torres
descansan en el
nudo clave
de una habitación
ciega.
Nave tallada,
inmutable y severa,
testigo de guerras
y hondas tristezas,
áureas campanas
tocan a fiesta,
augustos maitines,
vísperas regias.
El paso del
peregrino sediento llega
buscando reposo
bajo la bóveda
esbelta,
hambriento de
bendiciones
para su alma
postrada
de felicidad
exenta.
¡Cuánta fe
sosteniendo columnas
de esa noche que
quiere ser día!
Sofocados gritos que
lloran sus culpas,
congoja secreta por
la paz perdida.
Surge entonces de
la tierra,
capa a capa, piedra
a piedra,
redención del alma,
soplo que anima,
sombra divina,
consuelo
que creara el
hombre.
Publicado en el libro "El Cielo de Salamanca", Salamanca, Plaza de Anaya, 28 de Mayo de 2103
© Annie Altamirano y Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes
Fotografía © Annie Altamirano
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