sábado, abril 24, 2010

Recuerdos de infancia II Mi árbol


Mis abuelos tenían varios árboles en el patio de su casa, entre ellos un ciruelo que era ya adulto cuando yo nací. En primavera se llenaba de flores blancas que prometían fruta deliciosa, en el verano las ramas se inclinaban por el peso de las ciruelas enormes, moradas, jugosas. Y durante todo el año era mi universo paralelo, mi compañero de aventuras, la tienda de los indios, mi caballo, y las ramas mas altas la torre de un castillo.
Pasaron los años, el mundo se volvió real. No mas caballos, ni tiendas, ni indios, ni castillos. El árbol fue envejeciendo a medida que yo me hacía mayor. Cuando ya casi no daba fruta, alguien, probablemente mi padre aconsejado por el jardinero, sugirió talarlo. Me negué. Nadie lo iba a tocar hasta que se secara definitivamente, hasta que se muriera. Se lo debía.
Hace dos años regresé a la casa de mis abuelos y allí estaba, unas pocas hojas amarilleando, esperándome. Fue la última vez que lo ví. Hace un tiempo supe que ya no tenía remedio. Mi árbol se había muerto.

4 comentarios:

  1. Muy bueno y cierto lo tuyo Annie, todos tuvimos un árbol que nos ayudo a crecer, el mio fue un olivo, alto y con grandes ramas que fueron manos protegiendome cuando lo trepaba o brazos que sujetaron esa soga con la que me hamacaba, pucha, che me haces poner melancónico .......

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  2. Parece que los árboles tienen esa propiedad de construír universos infantiles (y jóvenes)...
    para mí fue el naranjo...
    Me acordé de aquella canción de Alberto Cortez "Mi árbol y yo". MGA

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  3. Cortez me hace llorar, es mas fuerte que yo. Cuando un amigo se va y El abuelo. todavía hoy no puedo escucharlas sin llorar a mares. son muchos recuerdos. Este texto es de los que no puedo ller, nunca llego al final

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