Aquel Caminito que el tiempo no ha borrado
explota en color
bajando hacia Pedro de Mendoza
mientras Don Benito Quinquela pinta
el eterno Puente Avellaneda
los remolcadores duermen
silencios de óxido y hollín
el Riachuelo los mece
y el agua aceitosa
oscura
refleja
las grúas
inmóviles
los galpones
vacíos
y un tiempo
que
ya
no
es
Mientras leía tu poema, me acordaba de Javier Martinez con su voz ronca, cantando Avellaneda Blues junto a Manal.
ResponderEliminarMe gustó tu poesía!! Enhorabuena!!
Gracias, Marcelo, y gracias por la asociación, un honor!!! Besos!
ResponderEliminar