Para este día
Reconozco esta
hora.
Es esa que solía
llegar enmascarada entre los pliegues de otras horas;
la que de pronto
comenzaba a surgir como un oscuro arcángel detrás de la neblina
haciendo
retroceder mis bosques encantados,
mis rituales de
amor, mi fiesta en la indolencia,
con sólo trazar
un signo en el silencio,
con sólo cortar
el aire con su mano.
Esa, la de mirada
como un vuelo de cuervo y pasos fantasmales,
que venía de
lejos con su manto de viaje y las mejillas escarchadas,
y se iba bajando
la cabeza, de nuevo hasta tan lejos
que yo buscaba en
vano la huella del carruaje en el pasado.
Hora
desencarnada,
color de amnesia
como dibujada en el vacío del azogue,
igual que una
traslúcida figura enviada desde un retablo del olvido.
¿Y era su propio
heraldo,
el fondo que se
asoma hasta la superficie de la copa,
la anunciación de
dar a luz las sombras?
No supe descifrar
su profecía,
ese susurro de
aguas estancadas que destilan a veces los crepúsculos,
ni logré
comprender el torbellino de plumas grises con que me aspiraba
desde un claro de
ayer hasta un vago anfiteatro iluminado por lluvias y por lunas,
allá, entre los
ventisqueros del irreconocible porvenir;
aquí, donde ahora
se instala, maciza como el demonio del advenimiento,
en su sitial de
honor en medio de la asamblea de otras horas, pálidas, transparentes,
y me dice que mis
bosques son luces extinguidas y aves embalsamadas,
que mi amor era
erróneo, como un espejo que se contempla en otro espejo,
que mi fiesta es
un cielo replegado en el sudario de mis muertos.
Y se queda esta
vez, sin bajar la cabeza.
Si quieres saber mas sobre esta poeta http://paginadepoesia.com.ar/clas_ar_orozco.html
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