sábado, abril 24, 2010

5 comentarios:

  1. Mucho color, mucho perfume...me gusta!

    ResponderEliminar
  2. y hay tardes negras que, con suerte, se vuelven añil con el paso de las horas... entonces uno se va a dormir con el deseo de que la noche sepa muy bien y la mañana nos sorprenda muy dormidas.
    Me encantó!

    ResponderEliminar
  3. Yo te acompaño al picnic del día verde, y me llevo un bizcocho riquísimo, cuya receta me recuerda a una lindísima argentina. Estoy un poco harta de los días violetas -para mí, los azules, profundos como ojeras-... así que: ¡verde, que te quiero verde!

    Un beso preciosa. Te eché de menos el jueves.

    S.

    ResponderEliminar
  4. Gracias a todos por el apoyo! Sole, nos vemos mañana! Pau, hermoso lo tuyo, como siempre!

    ResponderEliminar

Octubre

  Grisea la tarde en las ventanas. Los árboles van mudando de vestido. Llovizna sobre el asfalto de este octubre atardecido de ciudad que me...