viernes, marzo 28, 2025

Soneto a la montaña silente



 Erguida en soledad, firme y callada,

la montaña se eleva hacia el cielo,

testigo muda del paso del vuelo,

del tiempo, en su cima nevada.

 

Su falda de bosques, verde morada

de vida que brota del mismo suelo,

susurra secretos de antiguo anhelo

en cada hoja por brisa besada.

 

¿Qué sabiduría guardan tus rocas,

oh montaña, en tu quietud eterna?

¿Qué misterios ocultan tus recodos?

 

En tu presencia, las voces son pocas,

el alma se aquieta, se hace más tierna,

y en tu silencio, nos hallamos todos.


©Annie Altamirano

Afuera la lluvia

 Afuera la lluvia.

 

De este lado la ventana.

La tristura del invierno

respira sobre el cristal

y se condensa.

 

Afuera el agua.

 

Silenciosa cae sobre el asfalto.

Migradora se desliza calle abajo

en la delgada oscuridad

que presiente la mañana.

 

Afuera el alba.

 

Exige su razón de luz.

Atrás queda, ya inútil,

apenas consumida

la noche.


©Annie Altamirano




Soneto del desamor superado a la manera de Garcilaso

 (Parodia del Soneto V de Garcilaso de la Vega)

Borrado está tu nombre de mi agenda,

y en mis sueños no tienes ya cabida;

tus cartas las quemé, ya no hay guarida

para el amor que fue nuestra leyenda.

 

Tu voz, que antaño fuera mi contienda,

hoy es silencio de mi alma zaherida;

tus promesas, que creí de por vida,

hojas secas son de rota senda.

 

Por este desengaño yo proclamo

que es en vano tu intento de un "lo siento",

pues tu falso querer ya no reclamo.

 

Así que cesa ya tu fingimiento

de buscarme, que en este desparramo,

ni tu más dulce voz me causa aliento.

©Annie Altamirano




Soneto a la montaña silente

 Erguida en soledad, firme y callada, la montaña se eleva hacia el cielo, testigo muda del paso del vuelo, del tiempo, en su cima neva...